Cada loco con su Temacapulín

Jaime Avilés
Desfiladerito, en
Fuentes fidedignas
http://fuentesfidedignas.com.mx/portal/index.php/desfiladerito/2210-cada-loco-con-su-temacapulin

Pasan algunos minutos de la media noche. El sábado ya es domingo. Termina el baile de apoyo al concurso de belleza de las fiestas patrias, donde el próximo 16 de septiembre se disputarán el título Berenice y Sofía, dos lindas jóvenes “ausentes”, como la mayoría de los hijos y los nietos de las escasas familias que viven y resisten en defensa del pueblo de Temacapulín.

Amenazado con quedar bajo las aguas de la presa El Zapotillo, que desde 2006 intenta construir el gobierno federal para cubrir una superficie de montes, caminos, valles y asentamientos humanos de 60 kilómetros cuadrados, Temacapulín votó en los pasados comicios de julio por el candidato del PRI a la presidencia municipal de Cañadas de Obregón, en los Altos de Jalisco.

Ello fue culpa sin duda del candidato del Movimiento Progresista al gobierno de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, que no pasó por el pueblo una sola vez durante su campaña, pese a que a lo largo de su gestión como presidente legítimo, Andrés Manuel López Obrador visitó la localidad en tres ocasiones, y en todas ellas repitió que, en caso de ganar la Presidencia de la República, la presa tendría una cortina de 60 metros de alto, como fue planeada originalmente, y no de 130, como la aumentaron el gobernador Emilio González Márquez y el mortífero Felipe Calderón desde Los Pinos.

La diferencia entre ambas alturas es clave: si la cortina es pequeña, el espejo de agua será inferior a 60 kilómetros cuadrados y Temacapulín quedará a salvo. Por lo contrario, si el muro tiene una alzada de 130 metros, la superficie inundable será mucho mayor, si bien de acuerdo con mediciones satelitales hechas por los opositores al proyecto, aunque el radio de la presa fuera de 60 kilómetros cuadrados, el pueblo se mantendría 16 metros arriba del agua.

¿Por qué los panistas se han empecinado con tanto ahínco en llevar a cabo tamaño despropósito? El Zapotillo fue concebido, de dientes para afuera, como una reserva de agua para el consumo doméstico de la mancha urbana de Guadalajara, pero la verdad es que la presa estaría conectada a un acueducto, que desembocaría en León, Guanajuato, muy cerca de la hacienda de Vicente Fox, donde éste cultiva y exporta brócoli.

Además, la intención de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de comprar las casas de todos los habitantes de Temacapulín no persigue el deseo de evitar que éstos mueran ahogados, sino de que al abandonar el pueblo, el terreno sea privatizado en beneficio de los hermanos Bribiesca Sahagún, hijos de la Marta de Fox, que están listos para edificiar un desarrollo turístico de cinco estrellas.

Temacapulín es un símbolo de la lucha emprendida por los defensores del medio ambiente y del patrimonio arquitectónico de los mexicanos, pero ante el desdén que recibió de parte de Enrique Alfaro los priístas hicieron suyas las promesas de AMLO y la gente les dio su voto y el triunfo. Ahora, cuando los acuerdos de cúpula entre el PRI y el PAN se hacen visibles con la elección del ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, como líder del Senado de la República, Temacapulín vuelve a estar en peligro como siempre, o como nunca… dejó de estarlo.

Priístas y panistas ya se pusieron de acuerdo para consumar la imposición de Enrique Peña Nieto pero, peor aún, Marcelo Ebrard habría hecho lo mismo, si es que se confirma la reunión que habrían sostenido a puertas cerradas, unos días atrás, el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Manuel Mondragón y Kalb, y el asesor de Peña Nieto en materia de políticas relacionadas con el narcotráfico, el general colombiano Oscar Naranjo.

¿El arroz de los acuerdos de cúpula entre las tres facciones de la clase política ya se coció? Eso no parece importarles a los jóvenes que pasan las primeras horas del domingo en la plaza pública de Temacapulín, tomando cerveza y escuchando música de Calle 13 que emite ruidosamente una grabadora, mientras los relámpagos adornan la noche del valle con una espectacular tormenta eléctrica.

Para los jóvenes que aprovecharon el fin de semana para viajar desde Guadalajara a Temacapulín a visitar a sus abuelos, la estrategia para evitar la construcción de la presa responde a los lineamientos del teórico español Pedro Arrojo, quien habló con ellos en junio y les dijo: tienen que retrasar y volver a retrasar los avances de la obra hasta que ésta se vuelva incosteable y el negocio pierda atractivo para los inversionistas.

Pero a medida que la noche se acerca al alba, y las botellas de cerveza se amontonan en torno al busto de granito del cura Miguel Hidalgo, las conversaciones desvarían y cuando me voy a la cama dejo a cada loco con su Temacapulín. Hoy también estaré en Twitter, en la cuenta @Desfiladero132, para comenzar una semana que puede estar llena de iniciativas de lucha popular en contra de la imposición de Peña Nieto y de los tres grandes partidos de la derecha –PRI, PAN, PRD– que ya acordaron sentarlo en los pináculos del poder, a pesar del lavado de dinero y la compra de votos que documentó con 25 toneladas de pruebas, Andrés Manuel López Obrador.

 

Jaime Avilés